"La laguna... El pálido gris de la ventana... La vista reposada desde la almohada, y las variaciones de Goldberg sonando en mi interior... Los fatigados ojos entornados... Y, de repente, un hervor en la bruñida superficie. Ante la imperceptible señal, que sólo el guía interpreta, los gansos levantan su vuelo. Mi vista cansada los sigue... En ángulo estremecido y formación impecable, mil plumas destellan al sol... Luego, mientras se pierden en dirección a la tormenta de fuego, un solitario... Aquel que siempre planeó sin compañía, dirigiendo su vuelo tranquilo ahora hacia el ocaso... La música se va apagando... Ya sólo escucho el tarareo de Glen sonando en un escenario vacío... Luego su tono se hace agudo y continuo... Bendigo a la enfermera que por fin apaga el monitor y permite que eleve en sosiego mi vuelo..."